¡ El pueblo más viejo de Japón busca jóvenes!
http://es.ipcdigital.com/2015/01/27/el-pueblo-mas-viejo-de-japon-busca-jovenes-pero-nadie-quiere-ir/
Maestra de Educación Especial y Psicopedagoga. Me encanta el baile y la música. (DANCER TEACHER). "De mente, cuerpo y corazón", te brindará la oportunidad de acceder a las entradas que se publiquen, todas ellas relacionadas con la educación, atención a la diversidad y el arte en general.
sábado, 31 de enero de 2015
viernes, 30 de enero de 2015
CASTAÑUELAS
Castañuela provee a los mortales tu ritmo sagrado
hazlo al compás de tus conchas-maderas
hazlo al compás de tus conchas-maderas
taconéame en privado un elegante flamenco
que anhelo ver danzar tu delgada cintura
y tu desnudo vientre árabe tras el cobertizo amarillo.
Castañuela procura a los presos tu ritmo celestial
que mis ojos se distraigan en tu teatral zarzuela
anhelo ver tus pies flotar en equilibrio perfecto como la cachimba
mientras quiebras mi resistencia y doblegas la moral antigua
por medio de una mirada polifacética y multicultural.
domingo, 25 de enero de 2015
jueves, 22 de enero de 2015
martes, 20 de enero de 2015
lunes, 19 de enero de 2015
miércoles, 14 de enero de 2015
Ya sea en la Habana, Chiclana o Morón
"No me gustan ni los relojes, ni los calendarios, sólo se encargan de poner nombre y fecha a los instantes que marcan nuestras vidas. Por eso, tampoco me gustan las prisas, salvo en ocasiones que lo quiera aquí y ahora, como en este preciso momento. No estoy indefensa, me encuentro más fuerte y más sana que nunca.
Saldré por las calles a buscarte a las luz de la luna, teniendo a las farolas como testigos, hasta que vea tu silueta a lo lejos. Es cuando me echaré a correr hacia tus brazos y me cargues en ellos. Susurrarte al oído, que ya estamos juntos, algo que sólo sabía el destino.
Nadie tiene el color de tus ojos, tu boca es de otra especie y tu respiración con la mia hacen un buen equipo.Ya tengo ganas, muchas, sin tener un reloj que nos cuente las caricias que nos damos.
Tenemos toda una vida por disfrutar, saborear cada día, sacar el mayor rendimiento de él, apostar por la FELICIDAD a lo grande, viajar con una mochila sólo de buenos deseos, montar en globo, en paracaidas, practicar toda clase de deporte, correr por el mar a la caida de la tarde, tomar cerveza a la luz del lorenzo, comer palomitas en una tarde de lluvia y manta, cocinar ricos postres, conocer los bosques más salvajes, y las playas más exóticas, bailar al son de los tambores, reir hasta que te duela la panza, cantar sin tapujos, declararte mi amor en plena calle. Todo eso y mucho más tenemos pendiente, y cada vez que te sienta, poder sentirme orgullosa de tenerte en mi vida y le des un poco más de color.
Ya sea en La Habana, en Chiclana o Morón...... no te demores, que te espero."
La chica perfecta
'' Puedes no ser su primero, su ultimo o su único. Ella amo antes y puede amar de nuevo. Pero si ella te ama ahora, Que otra cosa importa? Ella no es perfecta, tú tampoco lo eres, y ustedes dos nunca serán perfectos. Pero si ella puede hacerte reír al menos una vez, te hace pensar dos veces, si admite ser humana y cometer errores, no la dejes ir y dale lo mejor de ti. Ella no va a recitarte poesía, no está pensando en ti en todo momento, pero te dará una parte de ella que sabe que podrías romper, su corazón.. No la lastimes, no la cambies, y no esperes de ella más de lo que puede darte. No analices. Sonríe cuando te haga feliz, grita cuando te haga enojar y extráñala cuando no esté. Ama con todo tu ser cuando recibas su amor. Porque no existen las chicas perfectas, pero siempre habrá una chica que es perfecta para ti.. ''
Una relación es frecuencia
“Una relación es frecuencia. La
frecuencia con la que hacéis cosas juntos. La frecuencia con la que no
hacéis cosas por separado. La frecuencia con la que os veis y os dejáis
ver. La frecuencia con la que os echáis de menos. La frecuencia con la
que os estáis de más. La frecuencia con la que sentís. Con la que os
reís. Y con la que lloráis, también. La frecuencia de vuestros planes.
La frecuencia de vuestros recuerdos. La frecuencia de las benditas
discusiones y de las malditas reconciliaciones. Frecuencias y más
frecuencias. Frecuencia con la que os acostáis. Frecuencia con la que os
abrís los ojos. O la cabeza. O el corazón. Frecuencia con la que os
apartáis estando juntos y con la que os unís desde la distancia. Qué
fácil se olvida uno de la frecuencia con que se hacen las cosas. Qué
pronto se nos pudren y se tornan rutinas. Y qué fácil es olvidarse de
que si no hay frecuencia, ni hay relación ni hay nada, pues puede que
aún se sea, pero desde luego que ya no se está.
Un hábito es una frecuencia que nos
gusta. Y un vicio es una frecuencia que nos hace mal. Cuántas relaciones
que son hábito las mantenemos simplemente por vicio. Y cuántos vicios
habituales acaban siendo un mero problema relacional.
Mi primera frecuencia en importancia fue,
sigue siendo, y siempre será el error. Como le dije hace poco a alguien
a quien aprecio, en esta vida encontrarás básicamente dos tipos de
personas: la mala gente y los torpes. No hay punto medio, o vas a mala
fe, o seguramente serás de los que se equivocan. Frecuentemente, sí. Por
eso, hablar de frecuencias es hablar de distorsiones, de errores y de
meteduras de pata. Dos veces en la misma piedra. Dos piedras de vez en
vez.
Porque una vez es un punto, no tiene
dirección en el espacio. Dos puntos, en cambio, marcan una línea recta. Y
tres ya definen un plano. En cuanto existe más de un punto, ya intuimos
un patrón. Una frecuencia. Y todo lo que se salga de ese tempo, es lo
que acabamos llamando equivocadamente error.
Y hablando de errores. No hay mayor fallo
que confundir frecuencias que se parecen mucho en apariencia, y sólo en
apariencia. Por ejemplo, la frecuencia con la que se habla, que no
tiene nada que ver con la frecuencia con la que se comunica. Porque
hablar no es comunicarse. A que parece obvio. Pues no lo es. Uno puede
hablarse todos los días y no decirse nada. Repasar la agenda como quien
recita el listín telefónico y dejar congelado el sentimiento de hoy, por
si lo recaliento precocinado para otro día. Hablar es sólo emitir.
Comunicarse es preocuparse por que, además, te reciban. Y por supuesto,
por la calidad de lo que se haya recibido. Y qué es la calidad sino la
correspondencia entre lo que se estaba emitiendo y lo que se recibió.
Otro error básico muy pero que muy mío.
Explicarme a mí mismo y a los míos por qué hago lo que hago y siempre
del mismo modo. Distintas frecuencias, sí, pero siempre con la misma
explicación. Y no. Así no funcionan las razones. Las razones son seres
vivos. Mascotas emocionales que adoptamos tras cada acto llevado a cabo,
y que desde el nacimiento mismo de nuestro recuerdo, se vienen a vivir
con nosotros. Y las alimentamos, y maduran, y se desarrollan, y nos
hacen compañía, y nos ayudan a estar mejor. Las razones son el mejor
amigo del hombre y la más fiel amiga de la mujer. Un día, viendo la
tele, te las miras por un momento y piensas cómo es posible que hayan
crecido tanto, que ya no las reconozcas, con la poca cosa que eran
cuando te las llevaste. Porque están vivas, y donde dijiste digo, dices
Diego, y la verdad es que las dos suenan igual de bien y de adecuadas
para el momento actual. No es que seas un puñetero incoherente, que
también. Pero qué significa ser incoherente. Significa que tus razones
crecieron y se fueron de casa. Y te dejaron solo otra vez. Las muy
putas. Qué decepción.
Una relación es frecuencia. Cambia cualquier frecuencia y estarás cambiando la relación.
O mejor aún, cuida mucho tus frecuencias. Estarás cuidando tu relación.”
Risto Mejides
Por qué no volvemos
“Por qué no volvemos. Recuérdamelo, por favor. Por qué no nos
queremos de vuelta, de segunda mano o de ocasión. Por qué. A ver, si es
que había tantas razones, es que te juro que las había. Es que hasta las
llegué a apuntar en algún sitio. Y ahora va y no las encuentro. Justo
cuando más las necesito. Justo cuando sólo recuerdo todo aquello que
juré olvidar. Así que si no te es mucha molestia, recuérdame por qué no
nos dejamos de hostias. O por qué me las sigo dando yo.
Por qué no volvemos. Por qué me despierto
y lo primero que hago es pensar en tus fotos. Pero si las metí en el
fondo del cajón ese que ya ni abro. El de las cosas perdidas aposta. El
de los recuerdos que son demasiado grandes para llevarlos encima.
Malditas fotografías. Malditas emulsiones enmarcadas en vidrio.
Escaparates de 15×9 que ya sólo te venden saldos, instantáneas con
retraso de lo que pudo ser y no fue. Por qué las escondí allí, si se me
agarran a la retina día sí día también. Por qué hago ver que no las veo,
si no me hace falta ni mirarlas, si ya me las sé.
Por qué no volvemos. Por qué no dejo de
seguir tus pasos. Por qué entro de puntillas en las redes sociales como
quien entra a por algo que se dejó. Por qué analizo tus fotos, tus
gestos, tus lugares y tus palabras. Por qué veo en cada nuevo amigo o
contacto tuyo un potencial enemigo. Por qué me da miedo que me olvides
con ellos, que me entierres sin mí. Por qué busco señales que al fin y
al cabo tú ya no emites. Por qué. Eh. Por qué.
Por qué no volvemos. Por qué no he sido
capaz de volver a sentarme en la única mesa maldita de nuestro
restaurante. Por qué salgo todas las noches como si nada, como si jamás
te hubiese conocido. Y por qué les acabo pidiendo a todas que hagan de
ti. Que les gusten tus mismas cosas. Que se rían como lo hacías tú. Por
qué las comparo siempre contigo. Qué culpa tendrán ellas de no
alcanzarte. De no saber que me exististe. De no poder acabarse este
final.
Por qué no volvemos. Por qué sigo mirando
el móvil cada dos horas simplemente para ver si estás en línea. Por qué
empiezo a escribir siempre el mismo mensaje. Uno que arranca con un por
qué no volvemos. Uno que sigue explicándote cuánto te echo de menos.
Que ya casi olvidé tus defectos. Que me quedé solo a soportar los míos.
Que ya es mucho soportar para una sola persona. Y por qué, cuando acabo
el mensaje perfecto, le doy siempre al borrado completo en vez de al
enviar. Por qué no te llamo cuando tengo tantas ganas de hablar.
Por qué no volvemos. Dímelo, de verdad,
tan sólo recuérdamelo una vez más. Aunque te cueste algún que otro
esfuerzo. Hazlo por este pedazo de vida tuya que sigue a la deriva de
los recuerdos. Por los viejos tiempos. Por este mal sabor de boca
después de algo tan dulce. Por lo que fuera yo en tu vida. Por lo que
sea. Por lo que fui.
Yo la verdad es que no he aprendido. Sigo
estando igual. Me siguen haciendo daño las mismas cosas. Me siguen
emocionando las canciones de siempre. Sobre todo ahora, que sé que en
realidad todas me hablaban de ti. Me sigo haciendo muchas trampas al
solitario. Me veo con los mismos amigos a los que les ruego que no me
hablen de ti. Hasta que les acabo preguntando yo. Ah, y he vuelto al
microondas, que cocinar para uno ya sabes que no vale la pena. Supongo
que soy aún más difícil. Imagino que el gas noble de mis manías se habrá
expandido hasta ocupar parte del hueco que dejaste tú. Y seguramente, a
base de vivir conmigo, me habré vuelto mucho más yo.
Por eso, te podría decir que he cambiado.
Que ahora sí que sí. Que ahora entiendo por qué no funcionó lo nuestro.
Que por qué no volvemos. Que por qué no intentarlo, sabiendo lo que
sabemos. Pero te estaría mintiendo, y lo haría simplemente para
conseguirte de nuevo, para volverte a tener, para volverme a dar a ti.
Nos estaríamos engañando de nuevo.
Y volveríamos dispuestos a ello, tan sólo por lo mucho que nos queremos.
Tan absurdo como cuando estábamos juntos y tras cada silencio resonaba siempre la misma pregunta.
Por qué no lo dejamos.”
Risto Mejides
martes, 13 de enero de 2015
Nosotros no nos rendimos y además tenemos un plan
Desde Fundación ONCE y su entidad de inserción laboral, FSC Inserta, se ha creado el Plan No Te Rindas Nunca para ayudar a jóvenes con
discapacidad a encontrar un trabajo.
¿En qué consiste?
Se trata de un plan personalizado de empleo, que
incluye cursos de formación y acciones de intermediación laboral con las
empresas. Su objetivo es facilitar la inserción al mundo del trabajo a
los jóvenes con discapacidad, poniendo a su alcance todos los medios de
los que dispone FSC Inserta.
Y todo esto sin ningún tipo de coste, ya que el Plan
No Te Rindas Nunca está cofinanciado por el Fondo Social Europeo a
través del Programa Por Talento.
¿Quién puede inscribirse?
Aquellas personas con discapacidad que tengan una
edad comprendida entre 16 y 29 años, estén desempleadas y que cumplan
dos requisitos: tener ganas de trabajar y no rendirse nunca. Si es tu
caso, puedes hacerlo ya mismo en la sección Inscríbete.
¿Quieres ser parte del Plan NTRN?
Lo mejor del Plan es que todos podemos formar parte de él y contribuir a la inserción laboral de miles de jóvenes.
Simplemente basta con contagiar las ganas de no rendirse nunca, haciéndose eco de nuestra campaña en la sección Difunde.
¿De qué manera las empresas pueden formar parte del plan?
Y si eres una empresa y quieres que incorporemos tus
ofertas de trabajo a nuestra bolsa de empleo, por favor contacta con
nosotros en el 902 05 09 09.
Entra en la página : https://www.noterindasnunca.org/
lunes, 12 de enero de 2015
Que el amor cuando tiene miedo, no es amor.
Que los ojos cuando se cierran, crean mundos.
Que la distancia es una excusa.
Que los finales sin adiós no son finales, son pausas.
Que por más que una puerta se cierre, podrá volverse a abrir en cualquier momento (una puerta no deja de ser puerta).
Que amar es entregarlo todo, y aún así sentirse llenos.
Que los días grises son necesarios.
Que hay gente que su sóla presencia te puede cambiar la vida.
Que nunca alcanzará un te quiero, un abrazo o un beso para dejarle saber todo lo que sentimos por alguien.
sábado, 10 de enero de 2015
miércoles, 7 de enero de 2015
Esto es lo que pasa cuando pones un niño frente a una niña y le pides que le de una bofetada:
http://www.upsocl.com/comunidad/esto-es-lo-que-pasa-cuando-pones-a-un-nino-frente-a-una-nina-y-le-pides-que-le-una-bofetada/#
viernes, 2 de enero de 2015
FRENAR ENERO
Que yo quiero encontrarme en tus ojos,
que me ganes y puedas perderme,
que me queden algunos antojos
y me dejes sabor al pensarte.
Y me crezca pintándote en rojo,
que me hables de vida y presienta...
que nací pa' vivirla contigo.
Que me toques la cara y me muera
cada vez que te arañe el destino.
Alguien que sepa frenar enero,
alguien que sepa que viene fuerte.
Que me cuente lo que yo no sé
y me deje mi tiempo después para así abrazarte sin verte.
que me ganes y puedas perderme,
que me queden algunos antojos
y me dejes sabor al pensarte.
Y me crezca pintándote en rojo,
que me hables de vida y presienta...
que nací pa' vivirla contigo.
Que me toques la cara y me muera
cada vez que te arañe el destino.
Alguien que sepa frenar enero,
alguien que sepa que viene fuerte.
Que me cuente lo que yo no sé
y me deje mi tiempo después para así abrazarte sin verte.
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