Cuentan que cuando suena el levante,
por las playas de San Lucas, se escucha una bulería.
Es el llanto herido de un gitano que pregona su penita,
navegando rio arriba.
Lo arropan la noche y las estrellas,
lo vendice la luna que le hace de madrina.
Y se va perdiendo en el silencio caminito de unos besos,
que le devuelvan la vida.
por las playas de San Lucas, se escucha una bulería.
Es el llanto herido de un gitano que pregona su penita,
navegando rio arriba.
Lo arropan la noche y las estrellas,
lo vendice la luna que le hace de madrina.
Y se va perdiendo en el silencio caminito de unos besos,
que le devuelvan la vida.
Y escondida en los muelles de Coria
la otra parte de la historia, una gitana de la vega
vive entre suspiros y esperando que el viento traiga ese barco
sentadita en la escollera,
se ha puesto un vestido de lunares, sus pendientes de corales,
la perfuma su belleza.
Se queda rezando un sentimiento, cala el alma de su sueño
y entre las aras aparezca.
Y abrazado le llegó el amanecer, le sorprendió la luna
entre la barca tiritando.
Dejando entre sus manos, mil maneras de querer,
casi desnudo y haciendo el amor por tangos.
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